lunes, 15 de agosto de 2011

Un poco de Historia


A modo de introducción
Lo que en la actualidad abarca el Departamento Paclín (según investigaciones propias) estuvo ampliamente habitado desde hace miles de años. Con la conquista de America en 1492, y la llegada de Diego de Rojas en 1542 a estas tierras, implicó muchas cosas, y una de ellas fue el reparto de las tierras. En este sentido y simplificando la cuestión, se pueden hacer mención a dos modalidades, las encomienda de indios y las mercedes de tierra:
En cuanto a las primeras, la encomienda fue establecida como un derecho otorgado por el Rey en favor de un súbdito español (encomendero) con el objeto de que éste percibiera los tributos que los indígenas debían pagar a la corona, en consideración a su calidad de súbitos de la misma; a cambio, el encomendero debía cuidar del bienestar de los indígenas en lo espiritual y en lo terrenal, asegurando su mantenimiento y protección, así como su adoctrinamiento cristiano. Por lo tanto, la encomienda de indios se otorgaba cuando en algún territorio aun quedaban grupos de indígenas.
Las Merced proviene del latín Merces: “premio o galardón que se daba por el trabajo, especialmente al jornalero. Dádiva o gracia que los reyes o señores hacían a sus vasallos, de empleos, dignidades, rentas, etc.” Por lo tanto, en America se daba a aquellos españoles que habían hecho los meritos suficientes para obtener una porción de tierras, siendo la única condición que dichas tierras no estén habitadas.
Paclín estuvo formada por dos Mercedes de Tierras y una Encomienda de Indios, en lo que actualmente es la localidad de Amadores.

Las Mercedes de tierras de Paclín
Paquilingasta es la merced de tierras más antigua que se registró para Catamarca (Brizuela del Moral 2003). Fue otorgada a Diego de Vera por el gobernador del Tucumán, Alonso de la Ribera, y tenía 3 leguas de largo de norte a sur y de ancho lo que tiene el valle. Su centro era la localidad de San Antonio de Paclín, y abarcaba desde el sector conocido en la actualidad como la Tierra Verde hasta La Merced (Vera 1955).
No está demasiado claro cuándo se otorgó la Merced de Paquilingasta a Vera. El historiador Pablo Vera (1955) afirma que es muy posible que en el mismo año de la fundación de la ciudad de Tucumán, el Gob. Villarroel le otorgara la merced de Paquilingasta, a espaldas del Aconquija; como le otorgaría también quizá en esa misma oportunidad, a otro de los regidores, D. de Saldaña, la Merced de Pomangasta o Pomangascha (La Puerta, en el Departamento de Ambato).
Por cierto, no fue ésta la única merced obtenida por Diego de Vera; le perteneció además, como lo veremos más adelante, la de Guajama que le otorgara el Gobernador Juan Ramírez de Velasco el 13 de marzo de 1591, y las encomiendas de los indios del pueblo de Colpes.
En realidad, la adquisición de esta merced por parte de Diego de Vera, es conocida por la concesión realizada por parte de Alonso de la Ribera a Diego Graneros de Alarcón el 15 de junio de 1609, ya que este último personaje se había casado con Juana Villegas, la viuda de Vera. El documento dice:
y por que me habeis informado por nuestra petición que teneis una estancia y tierras de criar ganados de la otra banda de la cuesta de Paquilingasta, términos de esta ciudad donde de presente teneis mucho ganado y yeguas y vacas… y la poseis de doce años a esta parte que es la misma que poseyó Diego de Vera, vuestro antecesor desde veinte años a esta parte…hago merced a vos el dicho Diego Graneros de Alarcón de la dicha estancia y tierras de suso declaradas que se extienden desde la parte donde al presente están poblados los corrales de la dicha estancia una legua de longitud del río abajo y dos leguas desde los dichos corrales arriba y de anchura lo que tiene el dicho valle con las lomas de el quedando las demás tierras para los indios que están poblados en la dicha estancia naturales del pueblo de Paquilingasta por ser informado ser su suficiente para ellos por no ser mas de ocho o diez indios (Brizuela del Moral 2003: 67).
Una de tantas cosas que se puede leer en esta cita es la disposición de tierras que tenían los indios, las cuales pertenecen a la actual localidad de Amadores.
Diego de Vera casado en primeras nupcias con Da. Juana de Villegas, debió fallecer con anterioridad a 1596, su viuda se casó en segundas nupcias con D. Diego Graneros de Alarcón hacia el año 1597. Así lo afirma un documento del año 1609 (17 de junio), por el cual el Gobernador D. Alonso de la Rivera le otorga al mencionado Graneros de Alarcón, la merced de Paquilingasta. El peticionante la poseía ya “de hecho” o por derecho hereditario de su esposa desde el año 1597, según lo expresado por el mencionado documento: “…y por que me habeis informado por nuestra petición que teneis una estancia y tierras de criar ganados de la otra banda de la cuesta de Paquilingasta, términos de esta ciudad donde de presente teneis mucho ganado y yeguas y vacas… y la poseis de doce años a esta parte que es la misma que poseyó Diego de Vera, vuestro antecesor desde veinte años a esta parte…hago merced a vos el dicho Diego Graneros de Alarcón de la dicha estancia y tierras de suso declaradas que se extienden desde la parte donde al presente están poblados los corrales de la dicha estancia una legua de longitud del río abajo y dos leguas desde los dichos corrales arriba y de anchura lo que tiene el dicho valle con las lomas de el quedando las demás tierras para los indios que están poblados en la dicha estancia naturales del pueblo de Paquilingasta por ser informado ser suficiente para ellos por no ser mas de ocho o diez indios” (Brizuela del Moral 2003: 67).
Mercedes de Tierras
y Encomienda de
Indios en Paclín
El documento es claro, con excepción de las leguas especificadas que en el papel tienen un valor y en la práctica de ellas sobre las tierras se tornan excesivamente elásticas. Así se explica que esas tres leguas de norte a sur que asigna el documento a esta merced, se extendieran desde la Tierra Verde hasta Yocán (actual Portezuelo), en una longitud aproximada de 13 a 14 leguas.
Los corrales se hallarían en lo que actualmente constituye la Finca de las Beatas en San Antonio de Paclín. La merced debía correr una legua desde el río hacia abajo y dos leguas hacia arriba, y esto es claro pues a la altura de la mencionada Finca de las Beatas el río se desarrolla de este a oeste; y en caso de no ser así, es decir si hubiera sido otro el sitio de los corrales, no se hubiera dicho “arriba” y “abajo” sino “a lo largo”, ya que en el resto de todo su recorrido circula de norte a sur con pequeñas variantes que no llegan a determinar un rumbo este-oeste.
La merced se extendería entonces, desde la Tierra Verde al norte hasta Santa Bárbara al sur, quedando el resto de las tierras para los 8 ó 10 indios sobrevivientes, y es sabido que éstos ocuparon las tierras de la actual población de Amadores distante 7 leguas del límite sur de la merced de referencia.
Doña Juana de Villegas, viuda de Vera y esposa en segundas nupcias de Graneros de Alarcón, debió fallecer antes de 1626, ya que su segundo esposo figura casado nuevamente con doña Catalina Ramírez de Velasco o de Ugarte y Velasco en 1630, fecha en que aquél hace su testamento declarando tener un solo hijo de 7 a 8 meses, Pedro de Velasco y Graneros de Alarcón, y dos huérfanos uno con su mismo nombre, Diego Graneros de Alarcón.
Es sabido que la merced de Balcosna al norte y limitando al sur con la de Paquilingasta, era una de muchas que acumularon los Ramírez de Velasco.
Graneros de Alarcón, al extender su testamento el 21 de agosto de 1630, menciona entre sus cuantiosos bienes, su fabulosa fortuna, como de su pertenencia las estancias de Paquilingasta y Gualcona1 (Balcosna), además de los pueblos indígenas de Silipica y Lacqueme. Cabe suponer que su esposa Catalina Ramírez de Velasco hubiera aportado al matrimonio como bien propio, la merced de Balcosna. Pero un documento preciso nos aclara este punto. En el año 1699 (16 de agosto) formula su testamento D. Luis de Toledo y Velasco, vecino de la ciudad de San Miguel de Tucumán, ante el alcalde ordinario D. Francisco de Urquiola “por falta de escribano”. Expresa en uno de sus ítems: “declaro que la estancia que llaman de Gualcona se la dieron los dichos mis abuelos a la dicha mi madre en dote, la cual estancia cae arriba de Paquilingasta; no me consta si la dicha mi madre se la vendió a donó a su sobrino Don Pedro Graneros de Alarcón, mi primo, quien se la vendió al Sargento Mayor Francisco de Olea”.
Los abuelos a los que hace mención son D. Pedro Ramírez de Velasco y Da. María de Villagra, los primeros en tener en su poder la merced de tierras de Balcosna.
Graneros de Alarcón debió fallecer en el mismo año que extendió su testamento (1630) pues en 1632 su viuda doña Catalina Ramírez de Velasco o Ugarte de Velasco, aparece casada nuevamente con una de las figuras más destacadas en la vida pública de América, Europa y África: don Salvador de Correa de Saa y Benavidez, hijo de D. Martín Correa de Saa, Hidalgo de la Casa Real, comendador de la Orden de Cristo y Gobernador de Río de Janeiro, y nieto por consiguiente de D. Salvador de Correa de Saa (el viejo), tres veces Gobernador del Brasil.
Con el tiempo y a causa de deudas, ambas estancias -Paquilingasta y Balcosna- fueron adquiridas por Lucas de Figueroa y Mendoza, quien también compra una estancia en Sumalao (en el actual Departamento de Valle Viejo), conocida como Chacras de las Beatas, donde fallece en 1668. Sus descendientes venden Balcosna en 1716 a los padres jesuitas, quienes eran dueños de la estancia de San Ignacio, antigua Sipilca, cercana a La Cocha.
Paquilingasta fue heredada por otro de sus hijos, Luis de Figueroa y Mendoza, quien la conservó hasta su muerte. Luego la hereda una de sus hijas, Catalina de Figueroa y Mendoza, esposa de Carlos de Villagrán, quienes donaron sus bienes para la creación de un Convento de Señoritas Nobles, el cual fue en su final regenteado por la orden Carmelita gracias a la donación de la familia, de gran parte de la estancia Paquilingasta. Con esta donación de las hermanas Villagrán (hijas de Catalina y Carlos), las Carmelitas fundaron el Colegio de Niñas Educandas y luego el Colegio de Nuestra Señora del Huerto, inaugurado en 1809 (Guzmán 1971, 1974; Larrouy 1914).
En resumen, Balcosna pasó a integrar la extensa propiedad de los Jesuitas, la cual comprendía: la estancia de San Ignacio, lindante por el este con Balcosna, Quimilpa, Huacra, La Viña, a la que agregó a mediados del siglo XVIII la parte sur de la merced de Paquilingasta, lo que actualmente es la parte norte de la localidad de La Merced. Con la expulsión de los Jesuitas en 1767, algunos bienes fueron vendidos por la Comisión Municipal que administraba las temporalidades, y otros pasaron a distintas congregaciones religiosas para su administración (Larrouy y Soria 1920).
Luego de un sinnúmeros de divisiones, traspasos y ventas (de las que escribiré en más detalle en las próximas publicaciones), y con la provincia de Catamarca conformada con casi todos sus limites claros; el Departamento Paclín nace el 26 de noviembre del año 1869 con la sanción de la Ley Nº 96, cuando se divide el Departamento Piedra Blanca en tres: Ambato, Fray Mamerto Esquiu y Paclín.
                
                                                                             Texto e imágenes: Emilio Villafañez

Bibliografía recomendada
Brizuela del Moral, felix
2003 “Historia de las mercedes de tierra en Catamarca. Siglos. XVII al XIX”. pp. 66-69Ed. Benedit, Catamarca.
Guzmán, Gaspar
1971 Paquilingasta: su origen y evolución”, Cuadernos de Antropología
Catamarqueña, Vol. 4, pp. 21-28. Publicación auspiciada por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de San Fernando del Valle de Catamarca, Catamarca.
1974 Colegio Ntra. Sra. del Huerto de Catamarca. Libro de oro en el 1er Centenario de su fundación 1874 – 1974”. Comisión de Homenaje Catamarca, Catamarca.
1985 “Historia Colonial de Catamarca”. Ed. Milton, Buenos Ares.
Larrouy
1914 Los Indios del Valle de Catamarca”, Estudios Históricos de la Revista de la UBA, tomo XXVII”. Ed. Coni hermanos, Buenos Aires.
larrouy y Soria Carlos
1921 “Autonomía de Catamarca”. Ed. Gobierno de Catamarca, Catamarca.
Olmos, Ramón Rosa
1967 Historia Contemporánea de Catamarca”. Historia Argentina Contemporánea, Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires.
Vera, Juan Pablo
1955 “El Concepto de Mercedes y Encomiendas los primeros colonos de Catamarca durante el siglo XVI”, Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, año VII Nº 1 y 2 –.

1 comentario:

  1. Buenas Tardes! interesante proyecto estimado Arqueologo, soy Martin Adolfo Gomez Cisternas, primo de Gabriel Cisternas, estamos en contacto en una investigacion de nuestra villa Palo Labrado.
    Le dejo mi email gomezmartin177@gmail.com

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